—Por aquí no hay murciélagos —dijo Olla. —Para mí, agua —dijo Fran—. —De todos modos me gustaría verlo —dijo Fran—. —Joey no tarda en cansarse e irse —dijo Bud—. —Esperemos que se duerma —dijo. Oí hablar de un fulano que los criaba en el condado vecino. En torno a La Casaca orbita un ejército de …